
Creo que el estudio que realizaron es un buen reflejo de lo que ocurre en la realidad. Puedo hablar de primera mano, de mi caso, y de muchos de mis amigos, afirmando que la evolución de los hábitos respecto a los medios de comunicación es tal y como la describe la autora del texto. Me refiero al abandono progresivo de los medios de comunicación tradicionales: radio, televisión, prensa escrita... o al menos a un uso muy diferente de los mismos.
Progresivamente hemos ido dejando de ver la televisión (frente a la que hemos echado muchas horas) para sustituirla por Internet y por toda la gama de posibilidades multimedia que ofrece el ordenador. Lo he notado en mi mismo, he pasado de dedicar algunas horas de tiempo libre a la TV (viendo alguna serie) a verlas online en Internet, mucho antes de que se estrenen en cualquier cadena. Ejemplo como este podría ser el caso del cine. Si unimos dos factores como son, el precio de las entradas (desorbitado) y la difusión instantánea de las películas por la red, tenemos un abandono progresivo de las salas (por lo menos en mi caso), dando paso a los discos duros multimedia y a las mega colecciones de películas.
Estos son ejemplos personales que se pueden extrapolar a gran parte de la población. Como ya dice el texto, gran parte de los jóvenes son asiduos de la red y del conjunto de nuevas tecnologías que se agrupan a su alrededor.
Es cierto por tanto que existe un auge enorme en el empleo de las tic por parte de las nuevas generaciones y que puede producirse un cambio, un salto en cuanto a la forma de relacionarse entre las personas y entre las personas y la información.
Ante estos cambios, como dice la autora, encontramos estamentos sociales tendentes al inmovilismo, tal como los grandes lobby de la información, así como otros grupos de poder, político, económico... Cabe por tanto mirar al futuro con la incertidumbre de como esta corriente de cambio será encauzada, absorbida, o redireccionada por los defensores del "statu quo". Hablo de "incertidumbre" simplemente refiriéndome a la forma, ya que el hecho en sí mismo no m plantea ninguna duda.
No soy pesimista, más bien lo contrario, aunque pueda parecerlo. Simplemente me hago la reflexión de ¿por qué no va a pasar con la red lo que ha ocurrido con los demás medios de transmisión de la información a lo largo de la historia?: siempre ha habido quien a querido controlarlos, para propio provecho (ya que la información es, efectivamente, poder) o "creyendo" en un provecho para muchos.
Ejemplos tenemos y hemos tenido en la corta vida de las redes mundiales, Echelon, la censura del gobierno chino, los monopolios de ciertas empresas...
Pero como decía, no soy pesimista, sino que a pesar de casos como los citados existe una gran diferencia en esta ocasión respecto a la información, es la universalidad (puede intervenir mucha más gente) y la inmediatez de su intercambio.
Por tanto, estoy de acuerdo en que las formas de relación entre personas, y personas e información pueden modificarse, se pueden dar cambios que repercutan en el conjunto de la sociedad, si otros "factores" no interfieren. Pero en cuanto al cambio o evolución de los valores gracias al empleo de las nuevas tecnologías, creo que los valores que comenta la autora, de colaboración, trabajo en equipo sin esperar nada a cambio etc., es difícil que sustituyan a los valores individualistas y de logro por encima de todo característicos de nuestras sociedades capitalistas. Sólo si estas nuevas tecnologías logran modificar en algún aspecto el modelo social en el que estamos embarcados, se podría aspirar a que otros valores fueran los predominantes en nuestro entorno.
Por otra parte, en cuanto a lo que comenta la autora sobre la inexistencia de la "divisoria digital", sobre que la única diferencia es la edad, según mi experiencia no puedo estar de acuerdo con tal afirmación. Aventurándome, sin conocer datos oficiales, como supongo ella si manejará, puedo comentar mi experiencia por ejemplo en diferentes colegios. Por circunstancias, conozco gente trabajando en colegios públicos y concertados (privados). Esto me permite conocer las circunstancias de algunos de los alumnos, lo que me lleva a pensar que aún existe una diferencia de acceso a las nuevas tecnologías bastante importante en función de la renta, y no solo por causas de edad. Ya digo que se trata de una percepción sesgada, pero que sirve como muestra, y que me lleva a hablar de la importancia de acortar estas diferencias si se quiere alcanzar una igualdad social integral.
Este factor es importante en nuestra misma sociedad, pero es trascendental a nivel planetario. Es absolutamente necesario apoyar el desarrollo (en este y por supuesto en otros ámbitos más acuciantes) en los países subdesarrollados, si no queremos encontrarnos en unos 20 años con dos mundos aún más separados dentro del mismo planeta.
Finalmente comentar que si se observa esa falta de entendimiento por parte de unas generaciones frente a otras, en lo que respecta a la forma de interactuar y al dominio de las tic, sin ir más lejos dentro de la propia universidad. Como ejemplo profesores para los que un aula virtual o incluso un proyector suponen un obstáculo insalvable, más que un elemento enriquecedor de su actividad. Creo que todos tenemos en mente alguno.
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